ERRAR Y CRECER

19.2.14

¡Buenos días y feliz miércoles!

Antes de nada, pido disculpas porque el lunes no hubo post. 
Por razones técnicas no se publicó lo que estaba programado, y mi falta de conocimientos informáticos me impidió solucionarlo...así que no queda otra que pedir perdon.

Sería lógico que hoy publicara lo que el lunes no se pudo, pero prefiero guardarlo como borrador y publicarlo en una ocasión más adecuada. 

El título resulta bastante esclarecedor, creo.


Hoy me ha dado por hablar de los errores. Y más que en los errores concretos, en la tendencia del ser humano a cometerlos. Resulta imposible dar con alguien que nunca se haya equivocado. Y es que casi unido de la mano del progreso va el fracaso.

No hay mejor forma de aprendizaje que un desacierto. No es que lo crea, es que está documentado, que los personajes más exitosos de la historía, tuvieron sus fracasos. Puedes ahora mismo coger la Wikipedia y buscar tu actor favorito, tu cantante favorito, inventores, empresarios....y salvó "los hijos de", comprobarás que no comenzaron con la idea correcta.

Pero tampoco quiero enfocar esta entrada a eso, es decir, claro que es bueno que otros sirvan como ejemplo, claro que es estupendo que otros casos sirvan para no decaer en un sueño o una idea en la crees, pero hoy concretamente no quiero hablar de eso.

Hoy quiero hablar de algo mucho más simple ( en la teoría, porque lo de la práctica es otro cantar). Como decía al inicio de este post, todos nos equivocamos. Ya sea una acción imprudente propia de la juventud, o un mal plan de negocio, o colocar mal un número en una cuenta de tu empresa, o confiar en alguien que no lo merecía y por el que ahora sufres. Sea cual sea el error que has cometido, da igual la gravedad del asunto, tienes que tener claro que de eso tienes que aprender para que no vuelva a  suceder. La experiencia te dotará de recursos para evitar que se repita lo ocurrido y tanto mal te hizo.

Yo tuve un experiencia en mi vida (una de tantas), que no lograba entender. Constantemente y en la cama me decía: "¿por qué me ha pasado a mi?". Por más vueltas que le daba no daba con la solución, ni entendía que bueno podía sacar de ahí. Pues aprendí la lección más grande de mi vida y la que guía mis días. Aprendí que aquí no se tiene la permanencia asegurada. Aprendí que no somos dioses y que de la forma menos esperada, simplemente puedes dejar de ser. Cambió mi vida y eso ha tenido muchas consecuencias posteriores y una de ellas es este blog. Es algo modesto y sin pretensiones, pero me hace tremendamente feliz. En él descargo mis inquietudes y mis cosas porque sí, sin dar explicaciones, sin debates ni discusiones y me libera de una forma... 

Pero no me voy a enrollar con mi experiencia personal, porque tendría para escribir un libro.

La moraleja de todo, es que un error es un regalo si aprendes a no volver a cometerlo. La famosa frase que dice que de toda situación se puede sacar algo bueno, es cierta, sí aprendes.
Lo que me parece maravilloso de la vida, es que por mucho que aprendas, siempre te quedarán cosas en el tintero. Da igual el campo. Da igual que sean matemáticas, historia o filosofía. Cocina o bricolaje. Modales o costumbres. Lo genial de todo esto es que cada día puedes asombrarte con algo nuevo. Lo maravilloso de la vida es que cada día puedes sorprenderte como lo hacía el niño que algún día fuiste...

Que tengáis un estupendo y sorprendente día.

Nos leemos el viernes.
Besitossssss.






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