Finales...

¡Buongiorno a tutti!
Inauguramos lunes y semana con fuerza. (A pesar de que internet no me ha permitido publicar antes...)


¡Cómo pasa el tiempo! Esta semana finaliza un periodo muy enriquecedor tanto a nivel profesional como personal.

¡Dios mio como pasa el tiempo! Si parece que fue antes de ayer, el día que nerviosa perdida iba en el coche pensando: "¿y qué digo?, ¿cómo me presento?, ¿qué voy a hacer si no se nada?"... Una correlación de incógnitas y sus correspondientes miedos que poco a poco se fueron difuminando, sin a penas reparar en ello.

Y es que ¡esto es una práctica tan frecuente en la vida! 

El miedo a lo desconocido, a lo nuevo, a lo que está por llegar, a quedar bien, a no hacerlo mal...

Se me ocurre la primera vez que fui a la facultad de la carrera nueva (sí, estudié dos carreras distintas, buenos más bien opuestas, la primera no la terminé) llegué con una hora de antelación, tras mirar y remirar en Google maps como llegar, la noche anterior (y eso que sabía donde estaba). Tras preguntar a medio Madrid sobre el tráfico de la A-6 por las mañanas y el terrible atasco que se formaba al empezar cada jornada. Decidí salir con 1 hora de antelación: "¿qué la primera clase es a las 8.30? salgo de casa a las 7.05". Y llegué a las 7.20. Olvidé el pequeño detalle de que la caravana se formaba en sentido Madrid y no en el contrario. En esa hora y 10 minutos en la soledad más absoluta en Somosaguas, me volvían los las preguntitas dichosas "¿Habrá gente maja?, ¿seré muy mayor para ellos? (Ay alma cándida si eras un bebé de 20 añitos!)¿Cómo será por dentro?".

Acostumbrada y hecha a la zona de confort de la antigua facultad, donde conocía cada milímetro del edificio, cada bedel, la secretaria, los camareros de la cafetería, los amigos( más bien las amigas), el grupo A y el grupo B, profesores, los autobuses de las excursiones... me lanzaba a un mundo totalmente nuevo y distinto ¡SOLA! 

Tengo que reconocer, que yo soy especialita, que le doy mil y una vueltas a todo, que me gusta que todo esté en sus sitio, y todo sea correcto (aunque alguien, pueda pensar que soy un desastre, ejem, ejem), y sino, prefiero que no ocurra. Soy tímida por eso, yo creo, el no querer meter la pata, o forzar una conversación y que alguien se sienta incomodo, el no dominar el tema de conversación con el que entablar un coloquio con alguien que no conozco... todo eso me frena a la hora de ser más atrevida y menos correcta y por consiguiente a parecer tonta y estirada (por no decir estúpida) en la primera impresión... y ya me estoy yendo por los cerros de Úbeda y Alcalá.

Que lo que yo quería decir, es que al final, esos miedos absurdos, sin esfuerzo alguno, se fueron disipando, y no solo eso, sino que encima todo ha sido un camino bastante agradable. La vida y el tiempo pone todo en orden y cada cosa en su lugar.

"Si tiene solución, ¿Por qué te preocupas?. Y si no la tiene ¿Por qué te preocupas?" La primera vez que escuché esta frase, fue, como muchas otras, a mi padre. Y es que tiene más razón que un santo. La preocupación y el miedo, no sirven de nada, no arreglan nada. Así de fácil. Es más, pueden bloquearte y provocar hacer algo peor de lo que sabes y puedes. Recuerdo un concierto de piano... Bueno mejor me dejo de anécdotas, que esto sería un no parar.

En fin, termino con lo que he empezado.

Seis meses después, me marcho. Acabo la etapa que con tantos temores empecé y que lo único que me ha reportado ha sido experiencia (muchísima) y personas maravillosas. 

En poco tiempo empezaré otra aventura todavía, sin guión escrito... Da vértigo, lo reconozco, pero tengo conmigo la certeza de que, como dijo en su día Groucho Marx, "el tiempo es el mejor autor, siempre encuentra el final perfecto".

Y a vosotros ¿qué os hace sentir ese miedo tonto? 
Hoy os he desvelado la cantidad de preguntas absurdas que me hago....

Me despido por hoy. ¡Que tengáis un maravilloso lunes!

Besitos....